viernes, febrero 16, 2007

El renacer lleva mucha dedicación y esfuerzo. Estoy en el punto sin retorno. Por suerte, varias personitas me han dejado en claro que no estoy sola. Gracias a ellas he podido sobrellevar esta experiencia. De la misma forma, al igual que ayer, la pena da paso a una fortalecida rabia, que se traducirá en fortaleza, eventualmente. Es extraño pensar que hace tan poco, una situación tan horrible podría cerrarte la garganta hasta no poder más respirar; encontrándote humillada y sola en nada más que la fea incertidumbre. Las cosas luego, fueron vertiginosamente rápidas. Hasta que me encuentro ahora, tranquila (por el exterior) escribiendo en el blog, como si me mirara en tercera persona, por un momento creí que era solo un sueño o mejor, un juego, donde podría controlarlo todo. Me veía como un Sim al que se le manifestaban de pronto todos sus miedos y perdía todas sus recompenzas. Tonta comparación, pero es cierto, no me veía a travez de mis ojos, parecía que yo me desprendía, me desdoblaba de mi misma, y alguien allá abajo gritaba y lloraba; se parecía a mí, pero yo ya estaba lejos. Sólo duró unos instantes, la verdad cayó a mis pies. Era la realidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

adoro como escribes, me detesto la mayoria del tiempo, solo quisiese abrazarte, nunca mas quisiera leer algo como esto "cerrarte la garganta hasta no poder más respirar; encontrándote humillada y sola en nada más que la fea incertidumbre" ni tampoco escucharte dolida ni enojada, dualidad, dualidad en todo , te amo aunque eso no tenga opuesto, quizas el opuesto sea lo tonto que pueda ponerme y lo mal que te llego a hacer sentir, la fortaleza venidera del mañana la estoy viendo yo al menos hoy en ti en cada momento.