miércoles, agosto 24, 2005

Estuve ahí.

Sip, estaba ahí pensando en cuál sería la capital de Portugal cuando un presentimiento golpeó literalmente mi cabeza (se, de nuevo se me cayó.) Creí haber soñado que poseía un blog XD Y parece que aún está vivo, a penas, moribundo, con gangrena quizá, pero vivo.
Cortemos por lo sano; mi vida es un asco xD, nah mentira, es normal como es de esperar. Lo único que puedo contar es mi rutina, bastante aburrida para el ojo inquisidor del resto de la gente, pero me mantiene en un eterno stand by que no me desagrada para nada.
Sigo jugando RO, sigo soñando despierta (suena lindo, sip, pero cuando te das cuenta que llevas hablando sola 15 minutos comienzas a pensar que tienes.... un leve problema), sigo... Sí, eso también =)
Mmm, un mensaje encubierto para cierto personaje que no da señales de vida: ¬¬ da señales de vida, sé que estás leyendo. (puedo verte xD)
Quiero, quiero... Es difícil mantener la coherencia cuando tienes hambre, estas cansada y quieres jugar con ímpetu a algo verdaderamente inútil.
Mi padre mantiene su firme postura a ir contra la tecnología; desearía él que las cosas fueran lo más simples posibles (para él el fondo sobre la forma) mantuvieran su utilidad primera y no incurrieran en dichosos cambios que complicaran aún más las cosas. Esto surgió desde que instalaron el teléfono en esta casa... Durante años pasamos hablando por un teléfono sin más que los números y el botón de rediscado. No fue ningún problema. (hasta que descubrieron que era posible escuchar las conversaciones ajenas solo colocándo una oreja estrategicamente sobre el aparato) Cuando mi queridísimo hermano llegó con su ultra-hiper-súper moderno teléfono (para la época) quedó loco, literalmente, loco. No supo qué hacer con tantos botoncitos extraños, tantas marcaciones automáticas ni nada de esas patrañas. Para nuestra tranquilidad al adquirir un celular se le fueron olvidando sus traumas tecnológicos en cierta medida....
.... Éramos felices hasta que mi queridísimo hermano se compró uno tras otro decenas de chucherías tecnológicas (que en Japón estoy segura que pueden conseguirse a $1 el kilo) cada una quedando cada día más obsoleto y anticuado. La juventud mijito, no tiene el problema de encontrarle específicamente una utilidad a los actos y los objetos, pero mi padre sí, me vive recordando cada pequeño artefacto comprado por mi consanguíneo cuando le pido un nuevo celular... walkman... pc, etc .. etc...
Y en esa volá me fui todo el rato. ¿Interesante? Jamás. ¿Productivo? Ni se lo crean. ¿Útil? ¿Creen que llegaría tan bajo?
En fin, gracias por leer, de paso visítense esta página. Bastante ingeniosa diría yo.
No reBiZë el post, encontraron algunas incoherencias o faltas, déjenlas, así parezco humana.